Aunque solo es posible reconocer la resiliencia de forma retrospectiva, la pandemia de COVID-19 ha ocurrido en un momento de la historia humana en el que, de manera única, se dispone de suficiente conocimiento sobre los determinantes de la salud en los primeros años de vida para indicar claramente que un enfoque en la salud materna, neonatal, y salud infantil (MNCH) promoverá la resiliencia posterior.

Este conocimiento ofrece una oportunidad sin precedentes para interrumpir estrategias arraigadas y reinvertir en MNCH en la llamada nueva normalidad posterior a COVID-19. Además, el análisis de las consecuencias a corto, mediano y largo plazo de las crisis socioeconómicas anteriores brinda información importante sobre los dominios de MNCH, como el desarrollo neurocognitivo y la nutrición, para los cuales la inversión generará el mayor beneficio.

Además, el análisis de las consecuencias a corto, mediano y largo plazo de las crisis socioeconómicas anteriores brinda información importante sobre los dominios de MNCH, como el desarrollo neurocognitivo y la nutrición, para los cuales la inversión generará el mayor beneficio. Estas consideraciones se aplican a los países de ingresos altos (HIC) y los países de ingresos bajos y medianos (LMIC). Sin embargo, implementar políticas apropiadas en el período de recuperación posterior a la COVID-19 será un desafío y requiere compromiso político y participación pública.

Fuente: Construyendo sociedades resilientes después de COVID-19: el caso para invertir en salud materna, neonatal e infantil