Nota de orientación 3: ¿Cómo se pueden adaptar los programas de prevención de la VCM? : Serie sobre la prevención de la violencia contra las mujeres durante la pandemia de COVID-19
La crisis del COVID-19 es un momento desestabilizador, que profundiza las desigualdades sociales y aumenta la violencia contra las mujeres (VCM). Este también es un momento de gran imprevisibilidad y muchos experimentan miedo, ansiedad e ira como una respuesta normal a estos rápidos cambios. Ciertos grupos son más vulnerables a las dificultades y consecuencias relacionadas con la pandemia, incluidas las mujeres, las personas LGBTIQ, las personas que viven con enfermedades crónicas y otras discapacidades, las personas que dependen del salario diario, entre otros. Además, dentro de la respuesta al COVID-19, las mujeres que brindan servicios esenciales, desde la atención médica hasta la limpieza y las vendedoras en el mercado, se ven particularmente afectadas y corren el riesgo de sufrir violencia. Estas vulnerabilidades comprometen nuestro bienestar colectivo, como individuos, organizaciones y movimientos para prevenir la VCM. Reconocemos, e insistimos, en la importancia de cuidarnos a nosotros mismos y a los demás durante el COVID-19 como un acto político que es parte integral de nuestro activismo por la justicia social, resistiendo las normas patriarcales y otras opresiones sistémicas que valoran a ciertas personas sobre otras.
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